Los habitantes de las misiones de una parte del valle de Sonora y en el oriente de la provincia fueron los indios de la nación ópata, por lo que se conoció la zona como Opatería, diferenciada de la Pimería alta y baja más al occidente. Después de la expulsión de los jesuitas y con el establecimiento de los presidios, esa división primitiva perdió en importancia. Así, en el siglo XVIII encontramos a algunos pueblos opata (Cucurpe, Opodepe) agregados a la “Pimería baja” y algunos de la pimería baja (Batuc, Matape) en la jurisdicción de “Sonora” - que equivale a la antigua opatería.