La península de Samaná y la costa de las sabanas de mar fueron despobladas, tal como el resto de la costa septentrional de la isla. Aparentemente, el territorio no perteneció a alguna de las jurisdicciones vecinas (con diferencia a Montecristi y Puerto Plata, que teoréticamente fueron parte de Santiago), aunque fueron las milicias de Cotui (y la Vega) quienes tenían que vigilar sobre la posible instalación de enemigos en la bahía durante la guerra de sucesión. Así, nos referimos al area como “Fronteras de la costa” hasta la fundación de Samaná y Sabana de Mar hacia 1760 para evitar el peligro de la instalación de franceses en la zona. Aún después de la fecha, la territorialidad especialmente de Samaná como jurisdicción es dudosa. Un informe del cura de Samaná de 1784 dice que el curato se limitase a la población misma, sin extensión, porque no había población dispersa (AGI, Santo Domingo,988). En otras ocasiones, ambos lugares compartían un cura y generalmente existió gobernador de armas para ambos lugares quien también ejerció jurisdicción por falta de cabildo. En cuanto a las tierras de Sabana, fueron los domínicos quienes reclamaron poseerlas