Las misiones de Nabogame, Baborigame y Chínipas, de la “provincia de Tarahumara” y por lo tanto teoréticamente parte de Nueva Vizcaya, fueron visitados anualmente por representantes del gobernador de Sinaloa, así que los misioneros y los militares sinaloenses fueron las únicas estructuras coloniales en la zona, sin representante novovizcaíno. El desinterés en el area desapareció con el decubrimiento de minas a partir de ca 1745. Inmediatamente, el alcalde mayor de Batopilas mandó teniente a la zona de Chínipas, primero a Yaguarichi y luego a Topago. Poco después trasladó su propia residencia a Topago, durante un corto tiempo. Más al sur, Sinaloa contestó la toma de posesión por parte de Batopilas, ocasionando un litigio que terminó con un fallo positivo para Nueva Vizcaya en 1772 y la creación de dos alcaldías mayores en San Joaquín y San Juan Nepomuceno. Sin embargo, estos reales de minas nunca realmente prosperaron, y aún si aceptamos una temporal creación de jurisdicciones aparte, en un momento entre 1777 y 1787 pasaron definitivamente a Batopilas. En cambio, la zona de Yaguarichi, donde en un principio se había asentado el primer teniente de alcalde de Batopilas, pero que fue abandonado hacia 1755, terminaría al final integrándose en la jurisdicción de Álamos (cuyo párroco fue socio cuando se denunció nueva mina en 1797) ¹⁾ - y también hoy forma parte del estado de Sonora.