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Gobernación
La gobernación (o simplemente el gobierno), junto con la alcaldía mayor (AM) y el corregimiento (C), es una de las expresiones territorial-administrativas típicas de las Indias.
Suele decirse que las gobernaciones generalmente fueran a) de mayor extensión; b)de mayor prestigio/importancia; b) situadas en las regiones periféricas, siendo las AM y los C esencialmente las provincias menores dentro de la “gobernación cabecera” del reino. Sin embargo, como se verá, existían muy diferentes tipos de gobernaciones.
Las características que más influyen sobre su importancia y tipología son la agregación del título “gobernador” a otros títulos y vice versa; la institución que da el nombramiento (real, señorial, virreinal, de gobernadores superiores…); e instrucciones particulares que regulan las relaciones con otros oficiales. Además, cabe considererar los “gobernadores de indios” y “gobernadores de armas”, que son conceptos totalmente distintos.
En la base de datos tenemos las siguientes articulaciones de gobernaciones, según acumulación de títulos:
- Gobernacion
- Gobernacion Politico-Militar
- Gobernacion-Intendencia
- Gobernacion-Comandancia General
- Gobernacion-Capitania General
- Gobernacion-Capitania General-Intendencia
Por esta causa, no hay un nivel “típico” en el que se reconstruyen las gobernaciones, sino que según su inserción en el orden administrativo se encontrarán reconstruidos desde gobierno superior y hasta el de jurisdicción.
Gobernaciones
El caso más típico de gobernador indiano es el de nombramiento real y con una provincia, típicamente en una posición periférica, fronteriza o amenazada por otras potencias europeas. En este caso también podían tener el título agregado de capitán general (cf. abajo, La Gobernación en títulos compuestos). Sin embargo, hay varios casos que difieren de esta generalización.
Gobernaciones señoriales
Los dos grandes señoríos territoriales del Valle y de Atrisco se componían de varias “provincias menores”/jurisdicciones de alcaldías mayores y corregidores tenían gobernadores propios nombrados por los señores, lo que les equiparó a provincias propiamente dichas.
Gobernaciones "políticas y militares", de plaza y subordinadas
Durante toda la Colonia, había gobernaciones que eran subordinadas: sea por ser su nombramiento no real sino por otras autoridades indianas, o sea porque en los títulos reales se especificó con letra y puño una dependencia de gobernadores-capitanes generales superiores. Como regla general, estos gobernadores se llamaron “político y militar”.
Los casos más prominentes son tal vez el del gobernador de Montevideo, sujeto a Buenos Aires, y el de Santiago de Cuba,1) tradicionalmente sujeto al de La Habana e isla de Cuba.
Otros gobiernos “políticos y militares” fueron aquellos en el Septentrión novohispano como Nuevo México o Sinaloa que no tenían el agregado de capitanes generales, aunque por las distancias eran bastante autónomos.2)
El mismo título luego tendrían los gobernadores que se instalaron en 1767 para expulsar a los jesuitas y reorganizar la administración de esas provincias (California, Moxos, Chiquitos, así como Misiones).
El oficio de gobernador, más que los AM o C se asociaba con una función tanto política como militar. Por esto, no es de extrañar que frente a muchas de las plazas más importantes en el sistema de defensa encontramos gobernadores políticos y militares “de plaza” o “de ciudad y plaza” porque tanto su título como el territorio asociado derivaron esencialmente de esa función puntual-militar (también había aquellas plazas que correspondían a “provincias” propias, como Cartagena o Panamá). Los territorios de esas gobernaciones no tenían por qué ser extensas - ejemplos son Acapulco, Veracruz, isla del Carmen, Bacalar, Portobelo, Montevideo, Valdivia, isla Juan Fernández, Valparaíso, El Callao, Mazatlán, Natchez, Mobila - todas esas plazas tenían gobernadores, con mayor (Acapulco, Veracruz, Valdivia, Montevideo), menor (Mazatlán, Portobelo) o sin (Callao, Valparaíso, Perote) territorio más allá de sus recintos militares propiamente dichos. Es en este tipo que más frecuentemente encontramos gobernadores “menores” que no tenían nombramiento real (Mazatlán de México, Natchez y Mobila de Luisiana, Bacalar de Yucatán, Callao de Lima, Valparaíso de Santiago…).
También se intitularían “políticas y militares” aquellas gobernaciones que luego de 1787 no se erigieron en sedes de intendencia y cuyos gobernadores en el ramo de hacienda dependían del intendente como subdelegados (o los subalternos de los gobernadores eran directamente subdelegados): Nuevo León, Coahuila, Texas, Nayarit-Colotlán y Tabasco, así como los presidios de isla del Carmen y Bacalar y la gobernación político y militar de Huarochirí - creada para controlar mejor a la población indígena después de una rebelión en 1783.
Aunque todos estos oficiales eran “gobernadores políticos y militares” y solo “subdelegados” de sus respectivos intendentes en el ramo de hacienda, su prestigio seguía siendo influenciado por el nombramiento real o no, su extensión territorial y la trayectoria administrativa andecedente: así, las gobernaciones de Huarochirí y el de Bacalar se consideraron como “un partido/una subdelegación más” de sus provincias, mientras que isla del Carmen, Tabasco y las del Septentrión (inclusive Colonia de Nuevo Santander) se consideraron provincias aparte.
La Gobernación en títulos compuestos
Fue común la agregación de otros títulos junto al de gobernador (o el de gobernador a otros títulos más importantes).
Las “autoridades máximas” de virreyes y presidentes de Audiencias solían ser a la vez los gobernadores de la “provincia” central de sus entidades. Los presidentes de Charcas y en la mayor parte del siglo XVIII el de Quito eran solo presidentes gobernadores.3)
Los virreyes y los presidentes restantes eran además capitanes generales. Pero la combinación con la capitanía general fue frecuente también para gobernaciones sin presidencia, y había un considerable número de gobernadores, especialmente los fronterizos y en la costa del Caribe, con este título adicional. En cuanto al territorio competente, la capitanía general también solía tener mayor extensión que la gobernación cabecera (sin embargo, no reconstruimos los territorios puramente militares). Con el avance del siglo XVIII, algunas gobernaciones-capitanías generales se convertían en gobernaciones-comandancias generales, que era un título todavía más puramente militar y una posición entre capitanes generales y capitanes a guerra.
En el sistema de intendencias novohispano, había dos tipos de intendentes provinciales, corregidores-intendentes y gobernadores intendentes, teniendo los últimos caracter también militar. En cambio, los intendentes en Venezuela, Santo Domingo, Perú, Chile y Río de la Plata eran todos gobernadores, sin excepciones.
Aunque como regla general el título de capitán general desaparece para los intendentes (o sea, solo se conserva en la intendencia “cabecera”), tenemos dos casos en los que se preservó y donde las provincias se gobernaron por gobernadores-capitanes generales-intendentes, que eran Yucatán y Puerto Rico.
Gobernaciones atípicas
Quedan un par de gobiernos que no siguen a estos rasgos o por lo menos requieren de precisiones:
- En Nueva Granada, había varias gobernaciones de nombramiento solo virreinal, como Santiago de las Atalayas/Llanos, Girón o Neiva,4) lo que influyó tanto en la autonomía de los gobernadores como en su percepción como “provincias” propias (a veces entendiéndose Girón como parte de la provincia de Tunja, a pesar de ser independiente, y Neiva como parte de la provincia de Santa Fe).
- En Nueva España tenemos el gobierno puramente militar de la Colonia de Nuevo Santander. Los gobernadores que seguían a José de Escandón se promovían a su puesto aparentemente por orden del virrey y a partir de su carrera militar.
- En Nueva España también hay que mencionar la de Tlaxcala, gobernación creada como resultado del llamado “fuero tlaxcalteca” - otorgado por el rol de la ciudad como aliada en la Conquista. En Tlaxcala había un cabildo indígena muy influyente, y un gobernador como agente real/del virrey, en realidad con menor grado de influencia en muchos aspectos que los corregidores o alcaldes mayores.5)
- En Charcas, el de Chucuito, que en mucho equivalía a los corregimiento de indios de Charcas, siendo el título de gobernador resultado de una antigua gracia real. Aun así, es de notar que el el gobernador de Chucuito desde un principio fue de nombramiento real, mientras que los corregidores de las demás provincias sin ciudades españolas se nombraron por los virreyes.6) Más tarde también otros corregimientos se nombrarían en la metrópoli, pero Chucuito conservaría su estatus hasta remplazarse por subdelegación en 1784.
- *En Perú, el de Huancavelica, que no era ni cabeza de una “provincia” ni plaza militar, sino que derivó su posición especial de la importancia de las minas de azogue y la mita asociada. Esto hizo que Huancavelica se transformara en la única gobernación territorial separada de Lima dentro de la Audiencia de Lima hasta 1783.
Gobernaciones perdidas
En la audiencia de Quito existe un número de gobiernos que se habían instalado en algún momento del siglo XVI o temprano XVII y que luego fracasaron. En algunos, ya no se nombraron gobernadores, pero aun así conservaron el título de “gobierno”, aunque sea de fantasma: Caras/Caráquez/La Canoa, Atacames/Esmeraldas, Mocoa y Sucumbíos, y Yaguarsongo.7)
El territorio del antiguo gobierno de Yaguarsongo se dividió en teoría entre Loja y Jaén, conservando el corregidor de Loja el título de gobernador de Yaguarsongo, territorio en realidad controlado por indígenas “jívaros”.
En Esmeraldas/Atacames había una corta revitalización y reinstalación del gobierno como institución a través del proyecto de Pedro Vicente Maldonado en las décadas de 1730-1750 para la apertura de un camino de Quito hacia la costa. Sin embargo, con su muerte murió también el proyecto, y aunque sus descendientes reclamarían el título de gobernadores, todo volvió al estado anterior, anexándose/volviendo partes del gobierno a las jurisdicciones vecinas de Guayaquil, Quito e Ibarra, la parte más grande a Popayán, nombrándose un teniente en Tumaco quien tenía también jurisdicción sobre los pueblos de Atacames y Esmeraldas, aunque todavía en 1793 se hablaba de la “provincia” de Esmeraldas.8)
Gobernadores de indios
Cuando aparece en documentos el gobernador de indios, hay que aclarar que no se trata de un agente real en una provincia o plaza, sino que se trata de una función dentro de la república de indios.
Bibliografía
- Ricardo Rendón Garcini, Breve Historia de Tlaxcala (México, DF 1996).
- Guillermo Lohmann Villena, El corregidor de Indios en el Perú de los Austrias (2a ed., Lima 2001).
- Juan de Velasco, Historia del Reino de Quito en la América meridional. Historia moderna (1842).
- Juan Bosco Amores, Cuba en la época de Ezpeleta (1785-1790) (Pamplona 2000).